domingo, 30 de agosto de 2009

El desconcierto y las sombras de tí..

El desconcierto me encontró entre las gentes esta tarde,
en medio de un ya caotico espacio difuso que ahoga mis pasos,
sentado en el mismo lugar de la última vez,
sumido en los mismos, no, más bien, en el mismo pensamiento
tú, si, tú Alejandra, ese pensamiento que devora mis otros pensamientos,
eres tú.

Hasta la brisa era la misma, mi cara, mi sonrisa, y mis ojos, si, mis ojos eran los mismos
con esa mirada pérdida en la nada, tratando de escrutar, de alcanzar, de gritar, con un grito heredero de años, de lágrimas interminables, de otros gritos que se perdieron en el silencio,
y un sin fin de pequeñas muertes.

Parecía un muerto, si, el amor a veces nos mata de esa forma cruel y lenta, nos hace vivir en un paroxismo que dura toda una eternidad, el aire era el mismo, un aire con olor y presencia de panteón, un hedor putrefacto emanaba desde el fondo de mi pecho, si, si había algo de nuevo era eso, ese hedor putrefacto que emanaba desde el fondo de mi pecho, y es que sin saberlo el desconcierto llegó a las exequias de mi amor por tí Alejandra.

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No tengo ninguna pretensión de poeta, que obviamente no lo soy, sólo busco expresar esas pequeñas cosas que me consumen, esas cosas que ahogan mi alma y siento que me asfixian sino las verbalizo... poeta, poeta no lo somos todos, pero humanos, humanos, eso si lo somos todos...

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