lunes, 31 de agosto de 2009

La noticia

Me llegó la noticia de tu ausencia al sentir las gotas de lluvia esta tarde,
caminaba por las calles solitarias mientras el cielo se desgarraba una y otra vez
y una ráfaga furtiva de luz sorprendía de cuando en cuando ese cielo grisáceo que parecía augurio de un devenir lacerante.

Llegó asaltandome de mis pensamientos,
y metiendose hasta la médula de mis huesos
y hundiendome en una penumbra fangosa de desesperación.

Y la noticia comenzó a carcomer cada parte de mi ser
haciendo un festin con mis visceras, avanzando por cada rincón de mi cuerpo
hasta llegar a mi corazón, ese corazón menos mio y más tuyo Alejandra,
ese corazón que se embelesaba tantas veces por tí
y que ahora, hoy, murió, si murió, murio de una muerte anunciada
y que solo espera que ese mismo cielo desgarrado, que clavó la muerte en su costado, te lleve la noticia de su funeral...

domingo, 30 de agosto de 2009

Las palabras.

Yo soy yo con mis palabras
no yo y mis palabras
porque mis palabras, a pesar, del adjetivo posesivo
no son realmente mias, ellas son más que yo
son mi alma más profunda, son eso que me desborda por completo,
son mi yo más autentico.

Y ese yo más autentico no soy yo,
y no lo soy porque es algo que me puede,
es algo que no puedo determinar, controlar o asesinar
y eso precisamente son mis palabras.

Esas palabras que emergen desde los intersticios de mi razón
y se retuercen al encontrarse con la infinitud de tu mirada
y quedan avasalladas, impasibles, fijas, absortas... muertas
y luego resucitan, llenas de luz y color
y crean y recrean en una danza interminable de nuevas formas inimaginables de expresión
entonces, ya no soy yo, ya no son mis palabras
ni son tus palabras, son independientes de mi y de tí.

Son peces, son palabras-peces que deambulan a nuestro alrededor,
con olor a fruta madura, a flor y a pasión.

El desconcierto y las sombras de tí..

El desconcierto me encontró entre las gentes esta tarde,
en medio de un ya caotico espacio difuso que ahoga mis pasos,
sentado en el mismo lugar de la última vez,
sumido en los mismos, no, más bien, en el mismo pensamiento
tú, si, tú Alejandra, ese pensamiento que devora mis otros pensamientos,
eres tú.

Hasta la brisa era la misma, mi cara, mi sonrisa, y mis ojos, si, mis ojos eran los mismos
con esa mirada pérdida en la nada, tratando de escrutar, de alcanzar, de gritar, con un grito heredero de años, de lágrimas interminables, de otros gritos que se perdieron en el silencio,
y un sin fin de pequeñas muertes.

Parecía un muerto, si, el amor a veces nos mata de esa forma cruel y lenta, nos hace vivir en un paroxismo que dura toda una eternidad, el aire era el mismo, un aire con olor y presencia de panteón, un hedor putrefacto emanaba desde el fondo de mi pecho, si, si había algo de nuevo era eso, ese hedor putrefacto que emanaba desde el fondo de mi pecho, y es que sin saberlo el desconcierto llegó a las exequias de mi amor por tí Alejandra.

sábado, 29 de agosto de 2009


Quiero, necesito ahogarme en la agonía de tu ausencia, buscarte en el último confin de mis recuerdos, y al encontrarte en un recuerdo casi olvidado, aferrarme con las últimas fuerzas de mi alma a tu recuerdo, y crearte y recrearte, y asesinarte y resucitarte en una lucida locura de amor, en una eterna danza que violente la lasitud y el hastío de mi exitir, en un absurdo que envilesca lo más grotesco, lo más oscuro, lo más luminoso, lo más alucinante, mis ambiguedades y mis contradicciones, mi amor y mi desprecio, mi consuelo y mi desconsuelo, mis lágrimas y mis sonrisas...

Realmente espero curarme de tí, y volver a mí,
reencontrarme con mi realidad más profunda,
con mi estar absorto inmerso en elucubraciones etéreas, sumido en lo prosaico del existir,
en lo rutinario de la cotidianidad, espero curarme de tí, dejar de sufrir, salir de la locura,
vivir, y desfallecer en la tranquilidad, panteón, sin tí.
He aquí que tú estás sola y que estoy solo.
Haces tus cosas diariamente y piensas
y yo pienso y recuerdo y estoy solo.

A la misma hora nos recordamos algo
y nos sufrimos. Como una droga mía y tuya
somos, y una locura celular nos recorre
y una sangre rebelde y sin cansancio.
Se me va a hacer llagas este cuerpo solo,
se me caerá la carne trozo a trozo.
Esto es lejía y muerte.
El corrosivo estar, el malestar
muriendo es nuestra muerte.

Ya no sé dónde estás. Yo ya he olvidado
quién eres, dónde estás, cómo te llamas.
Yo soy sólo una parte, sólo un brazo,
una mitad apenas, sólo un brazo.
Te recuerdo en mi boca y en mis manos.
Con mi lengua y mis ojos y mis manos
te sé, sabes a amor, a dulce amor, a carne,
a siembra , a flor, hueles a amor, a ti,
hueles a sal, sabes a sal, amor y a mí.
En mis labios te sé, te reconozco,
y giras y eres y miras incansable
y toda tú me suenas
dentro del corazón como mi sangre.
Te digo que estoy solo y que me faltas.
Nos faltamos, amor, y nos morimos
y nada haremos ya sino morirnos.
Esto lo sé, amor, esto sabemos.
Hoy y mañana, así, y cuando estemos
en nuestros brazos simples y cansados,
me faltarás, amor, nos faltaremos.

Jaime Sabines

Me doy cuenta de que me faltas
y de que te busco entre las gentes, en el ruido,
pero todo es inútil.
Cuando me quedo solo
me quedo más solo
solo por todas partes y por ti y por mí.
No hago sino esperar.
Esperar todo el día hasta que no llegas.
Hasta que me duermo
y no estás y no has llegado
y me quedo dormido
y terriblemente cansado
preguntando.
Amor, todos los días.
Aquí a mi lado, junto a mí, haces falta.
Puedes empezar a leer esto
y cuando llegues aquí empezar de nuevo.
Cierra estas palabras como un círculo,
como un aro, échalo a rodar, enciéndelo.
Estas cosas giran en torno a mí igual que moscas,
en mi garganta como moscas en un frasco.
Yo estoy arruinado.
Estoy arruinado de mis huesos,
todo es pesadumbre.

Jaime Sabines.